Héroes

“Héroes” es una de las series que está arrasando en los últimos tiempos tanto en Estados Unidos como en España y otros países. Este post es un spoiler! de principio a fin, así que no lo leas si no has visto la serie.

La idea de un grupo de personas con poderes extraordinarios que pretende salvar al mundo no se encuentra dentro de mi “wish list” para entretenimiento televisivo. Me recordaba demasiado al planteamiento de X-Men y precisamente por eso no despertaba mi curiosidad ni me animaba a ver la serie. Aún así, tras un par de capítulos y a pesar de que no había nada nuevo en su planteamiento, la serie me enganchó lo suficiente como para esperar con interés cada nuevo episodio.

El problema llegó hacia mitad de la serie, cuando en uno de los capítulos se fusila literalmente el comic “Watchmen”, que yo leí recientemente y que me encantó. El brutal plagio me indignó tanto que no pude seguir valorando de modo objetivo los siguientes episodios. A partir de entonces la ficción estaba bien, tenía momentos interesantes, pero el hecho de saber que no iba a aparecer nada original ni diferente me desencantó. Además, algunas personas, mucho más inmersas en el mundo de los cómics que yo, me aseguraron que absolutamente todo lo mostrado en la serie proviene de historias gráficas existentes.

Los propios creadores de la serie admiten que han tomado como referencia ideas de las tradicionales historias de superhéroes para la creación de los personajes y las situaciones vividas en “Héroes”, pero esa confesión no evita que la serie haya dejado de parecerme recomendable. Me siento un poco en la obligación de esperar la segunda temporada, como ocurría con “Perdidos”, pero sigo pensando que muchas veces retorcer tanto el argumento para intentar sorprender a la larga resulta más negativo que positivo.

En concreto, el último capítulo de la primera temporada de “Héroes” no deja una ventana abierta a la continuación, no; deja una enorme galería de varios metros. Ese tipo de preparación premeditada no me gusta en absoluto, siendo además el modo de hacerlo la típica situación de “matamos al malo pero… oh, el malo no estaba muerto del todo y se ha escapado”. Demasiado típico para una serie que pretende ofrecer algo distinto al panorama televisivo actual.

He de reconocer que tampoco soy fan de Peter Petrelli, y que para mí Milo Ventimiglia siempre será el Jess de “Las Chicas Gilmore”, mucho más irreverente y descarado que Petrelli. Sí que me gusta en la serie la encrucijada de Claire Bennet que, siendo por definición inmortal, algo por lo que muchos pagarían lo indecible, sólo aspira a ser una adolescente normal de 16 años sin ningún poder que la condicione en el desarrollo de su vida diaria y que la obligue a ser diferente a las otras chicas de su edad. En ese sentido sí me parece que los personajes están bien estructurados emocionalmente, con algunos que rechazan sus poderes por hacerlos diferentes y convertirlos en bichos raros mientras que para otros es precisamente esa diferencia la que les hace llevar un vida que de otro modo sería imposible. El extremo lo encarna Sylar, que de ser distinto pasó a ser especial y de eso a especialmente perturbado, cegado por el ansia de poder que le otorga la posibilidad de adquirir los poderes de los demás.

No espero ansiosa la segunda temporada (como tampoco lo hago con la tercera de “Perdidos”) pero reconozco que mi voluntad fallará y las veré. De todos modos será el único modo en que podré juzgar si definitivamente no vale la pena o, por el contrario, han conseguido reconquistar mi interés. Si queréis más información, la siempre omnipresente Wikipedia :D