Empanadillas dulces

Ésta ha sido mi primera experiencia (y posiblemente la última) con las empanadillas. A pesar de que estaban riquísimas, dan mucho trabajo y ensucian más de lo que estoy dispuesta a limpiar después del trabajo culinario. De todos modos, os dejo la receta por si alguien tiene tiempo y le apetece probarlas.

Lo primero de todo es preparar la masa. Yo nunca había hecho una masa de este tipo, pero resulta muy sencilla. Se mezcla un vasito de agua con uno de leche (desnatada en mi caso) y medio de aceite de oliva (puede ser un vaso completo si lo preferís, pero yo me arreglé bien con medio). Se le añade una pizca de sal y se va ligando la harina al gusto. En ninguna receta de masa he encontrado medidas exactas de harina, por lo que la técnica se limita a añadirla hasta que la masa quede consistente y no se pegue. Se le pone también medio sobre de levadura Royal y se amasa todo hasta que no esté pegajosa ni se rompa. Luego se deja reposar alrededor de una hora tapada con un trapo.

Para el relleno yo quise probar con tres tipos de fruta: plátano, fresa y manzana. Para ello troceé las frutas por separado, les añadí azúcar moreno integral de caña al gusto y a la manzana también un poco de canela. El siguiente paso es estirar la masa con un rodillo y cortar las obleas para cada empanadilla. Es bastante laborioso y lleva tiempo, así que si decidís hacerlas tened una o dos horitas por delante. La masa servirá igual si preferís hacer empanadillas saladas de atún o jamón y queso, por ejemplo.

Una vez cortada cada oblea fina se pone en el centro una cucharadita del tipo de relleno que queramos y se cierra cuidadosamente pegando bien los bordes. Como yo no frío nada las puse en una fuente de horno sobre papel vegetal pintado con aceite de oliva para que no se pegaran. Como buena principiante en esto de la cocina no tuve en cuenta que las frutas sueltan un montón de jugo que dificulta cerrar bien las empanadillas.

Una vez en el horno, a 180-200º aproximadamente, se dejan durante el tiempo necesario para que se cueza la masa (unos 15 minutos creo que son suficientes, pero es mejor ir echándole un vistazo). Dentro del horno algunas de las rellenas con fresa y manzana se abrieron dejando escapar gran parte del almíbar, por lo que creo que elegir frutas algo más secas o compactas es mejor opción a la hora de hornear. Las de plátano se mantuvieron en su sitio.

Finalmente, las de manzana resultaron ser las más sabrosas, con un toque a canela delicioso. Las empanadillas de plátano son para gustos muy personales, porque quedan bastante secas, al igual que las de fresas, que tienen buen sabor pero no mantienen el toque jugoso de la fruta. Con los restos de masa podéis hacer pequeños bollitos o galletas de pan para acompañar cualquier otra comida, que en la cocina no se debe tirar nada!.