martes, 20 de marzo de 2007

A scanner darkly (Una mirada en la oscuridad)

Basada en un relato de Philip K. Dick, "A scanner darkly (Una mirada en la oscuridad)" constituye un alegato en contra de las drogas, con diálogos entre drogadictos pasados de vueltas y psicodélicas escenas sin demasiado sentido. Se trata de una visión futurista de una sociedad en la que se ha perdido la batalla contra el imperio de la droga y la policía debe infiltrarse en los colectivos de adictos para intentar frenar la hegemonía de los traficantes.

Esta película de 2006 no tendría mayor interés si no fuera porque utiliza una novedosa técnica denominada rotoscopia, que consiste en crear secuencias animadas sobre película de vídeo. El resultado es ciertamente llamativo, sobre todo porque bajo la imagen de cómic se identifica perfectamente a los actores que han interpretado las secuencias originales, en este caso Keanu Reeves, Winona Ryder o Robert Downey Jr.

La sustancia M. hace estragos entre la población, destruyendo neuronas, causando problemas de percepción y otras secuelas físicas irreparables. Reeves interpreta a un policía que debe investigar a sus amigos para llegar a través de ellos al escalafón superior de distribución de la droga. Para ello, debe convertirse en adicto a M. para no llamar la atención, lo que se convertirá en un arma de doble filo y acabará abocándolo a un terrible final.

No es una mala historia, pero adolece de una lentitud exasperante en algunos momentos y una falta de claridad argumental en otros. O es que yo no conseguí comprenderla, que también puede ser. Para mí, sólo hacia el final de la cinta se esclarece un poco la idea, pero entre medias todo resulta un poco confuso. Varias escenas resultan especialmente alucinógenas, aunque no puedo decir que estén fuera de lugar porque los protagonistas de las mismas son toxicómanos; en ese sentido posiblemente la película refleje la realidad de los efectos de un estupefaciente similar al LSD, como se quiere retratar. Personalmente no me gustan ese tipo de escenas y me producen un desasosiego semejante al que me causó "Trainspotting" (sí, lo siento, me encuentro entre los detractores de tan alabada obra...).

Por lo demás, la película se deja ver, mostrando un par de situaciones destacadas y ofreciendo quizás la base para un debate sobre los efectos de la drogadicción y la doble moral a la hora de aportar soluciones. El "carapalo" de Keanu Reeves no aporta ninguna pasión a su personaje y Woody Harrelson hace de sí mismo desquiciado en unas cuantas escenas, mientras que Robert Downey Jr. también se reinterpreta como consumidor de diversas sustancias, algo que le resulta muy cercano ya que son conocidos sus múltiples problemas de adicción. Es como si hubieran reunido a un grupo de consumidores habituales para rodar con ellos una película, qué curioso. Insisto, si no fuera por la rotoscopia la película posiblemente habría tenido aún menos impacto del poco que ya de por sí tuvo.

El director Richard Linklater ya había utilizado las mismas técnicas en su película "Waking life" (2001), con muy buenas críticas. También es el director de la "bilogía" "Antes de amanecer" y "Antes del atardecer", ambas con Ethan Hawke y Julie Delpy como protagonistas. Del resto, su filmografía incluye otro puñado de films un tanto variopintos con bastante poco interés.

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